Aún recuerdo mi primer trabajo de manera formal, fué en un despacho de arquitectura donde desempeñé las actividades de dibujante, maquilaba planos de todo tipo. La verdad es que aprendí bastante en la manera de organizar y ni se diga del carácter de los jefes, fué un año que estuve como dibujante, - fueron experiencias bastante buenas.
Posteriormente entré a una constructora 3 años… donde pasé de dibujante a proyectista, coordinador de proyectos, desarrollador de proyectos de instalaciones, dirección de proyectos, supervisión de obra, el aprendizaje de esos 3 años fué bárbaro pues mis funciones fueron muchas y el tiempo rebasaba los estándares al grado de que llegué a vislumbrar mi vida bajo el régimen de las obligaciones con la empresa y como consecuencia surgió la necesidad de crear una empresa con mis compañeros de trabajo.
Todo resulta muy bien cuando las actividades son de forma equitativas , en este caso pasé a llevar una carga de trabajo exagerada pero logré salir a flote y con la visión de la independencia empresarial. Aprendí algo muy importante a ver que las cosas no siempre se dan como las planeas y cuando es algo grupal, los fines son diversos y lamentablemente no todos coincidimos con el mismo fin e ideales ,1 año duramos como despacho y constructora.
Las circunstancias nos obligaron a llevar a cabo una disolución, misma que considero muy sana, siguiendo con mi filosofía, continúo con la producción de proyectos de clientes particulares de una forma totalmente independiente, permitiéndome nuevamente abrirme hacia la vida, al entorno social y la propia meditación espiritual, en busca de un fin tan común la felicidad plena, y el equilibrio entre el trabajo, el descanso y la diversión.
0 comentarios:
Publicar un comentario